Antonio Abril propone un modelo híbrido como solución para el desajuste de precios en las residencias universitarias

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Con motivo de la vuelta a las aulas, el diario El País retrataba este mes de septiembre la creciente problemática que enfrentan los estudiantes universitarios desplazados al empezar un nuevo curso. La periodista Susana Carrizosa ha recogido la realidad de aquellos jóvenes que, ante la crítica situación de los alquileres de pisos compartidos, se ven empujados a pagar una habitación en una residencia. Para ello, ha contado con Antonio Abril, presidente de la Conferencia de Consejos Sociales (CCS), quien ha propuesto una solución a través de un modelo híbrido.

De acuerdo con la información que el diario recoge de Fotocasa, el precio medio del alquiler de una habitación en un piso compartido ronda los 520 euros al mes. Por ello, las residencias de estudiantes se han postulado como una opción para escapar de la odisea inmobiliaria. Pero precisamente por haber una demanda superior a la oferta, las empresas que gestionan estos establecimientos también elevan sus precios.

Con un coste variable entre ciudades y condiciones de la habitación, las tarifas están cifradas cerca de los 500 euros en el caso de habitaciones compartidas, y por encima de los 900 euros para las individuales. Antonio Abril califica de “muy grave” el desajuste entre oferta y demanda en estas empresas, con unos precios que “estrangulan la economía de muchas familias”.

Ante esta crisis, el presidente de la CCS menciona la “responsabilidad de la Universidad para facilitar el acceso a una vivienda o residencia digna a un precio asequible”. Por ello, sugiere un “modelo híbrido” de colaboración público-privada que solucione la coyuntura, por el cual “la empresa privada construya y gestione el alojamiento y la Administración corra con gastos subvencionados sin que su coste repercuta en el estudiante”. Abril también destaca que la ayuda a los jóvenes “debería concederse basándose en sus méritos y capacidad económica”.

El País revela que la mayoría de las 975 residencias que existen en España está en manos de fondos de pensiones, entre los que destacan cuatro grupos: Resa (con 45 sedes y 12.000 camas), Micampus (con 43 establecimientos y 10.000 plazas), Livensa Living (23 residencias para 9000 estudiantes) y Yugo (9.7000 camas repartidas en 23 establecimientos).

En total, y de acuerdo con los datos aportados por el Observatorio Sectorial DBK, hay cerca de 103.862 plazas disponibles en residencias universitarias. Sin embargo, se espera un incremento de 135.000 camas más (un 8,4%) para el año 2026. Pese a las altas tarifas, la ocupación de las residencias sigue siendo casi total, por encima del 90% en algunos casos.

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