Buenos días a todas y a todos.
Queridos representantes de las Fundaciones ONCE y CEOE, querido Carlos, alumnas, amigas y amigos.
Permitidme que comience dando las gracias a Marietta de Miguel. Gracias por tus palabras y por hacernos partícipes de lo que está suponiendo y significa el programa Radia en tu trayectoria profesional y personal. Sin duda nos inspiras. De hecho, quiero extenderlo a todas las participantes en el programa Radia. A todas y cada una de las 44 mujeres que habéis formado parte de la segunda edición del programa, de la cual hoy celebramos este acto de clausura, y a las 44 participantes en esta tercera edición que inauguramos hoy, pero que está en marcha desde hace días. Sois una inspiración y un ejemplo.
Habéis apostado por salir de vuestra zona de confort, ya que una buena parte de vosotras, procedentes de casi la mitad de las universidades públicas españolas y algunas privadas cuya participación las honra, iniciasteis vuestro camino en ramas de conocimiento no tecnológicas estrictamente, como las ciencias jurídicas, sociales, salud, educación y humanidades. Por cierto, que otro año más entre vuestras áreas de conocimiento predominan las ciencias jurídicas. Como jurista no deja de asombrarme, y desde luego me encanta, esta predisposición de los juristas a la tecnología que demuestra RADIA.
Para avanzar hay que tener visión de futuro, y la estáis demostrando dando un paso más en vuestra formación en competencias y habilidades digitales con el propósito de contribuir con vuestro talento al crecimiento y al bienestar de una sociedad cada vez más tecnológica, con un mercado laboral cada vez más competitivo, y en el que es fácil quedarse atrás si no eres proactivo.
Sin duda los conocimientos que habéis adquirido y estáis adquiriendo a través de las masters class de destacados expertos, en materias como la Inteligencia Artificial, Big Data, Ciberseguridad, Blockchain, Innovación, Internet de las Cosas, Biotecnología y, no podía faltar, Creatividad, están destinados a prepararos para la incorporación a puestos de trabajo en los que se requiere un excelente manejo de competencias tecnológicas y digitales. Y, como podréis comprobar en vuestras prácticas laborales en las empresas colaboradoras, esas competencias son muy demandadas y muy necesarias. Pero, recordad, las hard skills son importantes, pero también las soft skills: capacidad de trabajo en equipo, liderazgo, comunicación, capacidad de aprendizaje, resiliencia y el compromiso ético.
La sociedad y el mercado laboral cambian a una velocidad vertiginosa. Es una consecuencia inevitable de la transformación digital provocada por las nuevas tecnologías, por lo que es fundamental estar al día y sacar el máximo partido a sus beneficios. De hecho, las oportunidades de empleo en el sector tecnológico son cada vez mayores. La patronal DigitalES asegura que existe un déficit de 120.000 vacantes TIC sin cubrir en España. Vosotras, el talento femenino y diverso, estáis llamadas a protagonizar, de hecho, ya lo estáis haciendo, el cambio que la sociedad y la economía necesita.
No podemos desperdiciar vuestro talento, que, como bien sabemos, está infrarrepresentado en las profesiones STEM. Según el Observatorio de la Alianza STEM, las estudiantes representáis el 55,03% del total del alumnado matriculado en estudios universitarios en el curso 20/21, un porcentaje que ha aumentado en casi 6 puntos porcentuales desde 1985/86. Sin embargo, todos los informes reflejan que, en mujeres especialistas TIC, España está por debajo de los países de referencia en Europa, como Finlandia o Dinamarca.
Debemos trabajar, y Radia es el modelo a seguir, para lograr reducir no solo la existente brecha digital de género, sino también la brecha social. Hablo de inclusión, porque el talento no tiene género, es siempre diverso y enriquece a las organizaciones, a las empresas y las hace más competitivas, no tengáis ninguna duda.
Desde la Conferencia de Consejos Sociales de las Universidades Españolas, organismo que presido, trabajamos por la inclusión y por la igualdad de oportunidades, pero, además, y me siento profundamente satisfecho por ello, lo hacemos en colaboración, mano a mano, uniendo nuestros esfuerzos con otras organizaciones como la Fundación ONCE y la Fundación CEOE y las empresas que se van sumando a este proyecto en el que ya son 17 las empresas colaboradoras. Porque la colaboración público-privada, la colaboración universidad-empresa, es uno de los leitmotiv de los consejos sociales. Somos el puente de unión entre la sociedad y la universidad y velamos con altura de miras por la efectiva respuesta de las universidades a las necesidades de la sociedad porque solo de esa interacción, la colaboración universidad-empresa, lograremos avanzar y generar riqueza y empleo, fundamentales para el bienestar y el futuro de nuestra sociedad.
No creo que exista un solo Consejo Social que no tenga entre sus actividades un programa de inclusión o integración de la diversidad. Mi Consejo Social tiene dos. Espazo compartido y Talentos Inclusivos. Precisamente esos días la octava edición de los premios Fundación Diversidad premió a la UDC por su trabajo por la diversidad e inclusión con la puesta en marcha del programa Espazo Compartido, dirigido a la facilitar el acceso a estudios universitarios y a la integración laboral de estudiantes con discapacidad cognitiva.
Personalmente y, creo que puedo hablar en nombre de todo el equipo de la Conferencia, es realmente grato poder asistir año a año a los actos de clausura e inauguración de Radia y comprobar con orgullo que esta iniciativa crece en talento contribuyendo al objetivo de impulsar la presencia de mujeres en riesgo de exclusión en el sector digital. Una iniciativa que parte de la educación, del compromiso social y de los valores que deben regir una sociedad del siglo XXI para lograr objetivos sin los cuales no podríamos decir que existe una sociedad competitiva pero además vivible y justa:
-Formar en competencias y habilidades digitales.
-Lograr la inclusión de la diversidad de capacidades en todos los entornos.
-Educar para la igualdad.
-Impulsar, visibilizar (lo que no se muestra, no existe) y acercar referentes femeninos en profesiones STEM, rompiendo roles y estereotipos de género y generando motivaciones en las niñas, jóvenes, mujeres, para apostar por profesiones en las que la tecnología tenga un papel protagonista.
Para lograr estos objetivos, las ya cerca de 150 participantes sois, en mi opinión, y en la de todos, un gran y motivador ejemplo.
Finalizo reiterando las gracias a la Fundación Once por su liderazgo, a la Fundación CEOE, a Carlos Iglesias y a las empresas colaboradoras, en especial a las que acogen y emplean a las alumnas del programa, a los expertos que participan en el proceso formativo, y a todos los que de una u otra forma colaboráis con este maravilloso proyecto.
Muchas gracias.