En la pasada Asamblea General de la CCS contamos con la presencia del nuevo secretario general de Universidades del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, Francisco García Pascual que compartió con nosotros su visión del sistema universitario español, el papel de los Consejos Sociales y las prioridades políticas de la secretaría general que dirige. A continuación ofrecemos un breve resumen de su intervención.
Cifras récord y alta complejidad
El responsable de la secretaría general señaló que actualmente manejamos cifras récord: hoy existen en España 94 universidades en 200 localidades, y tenemos 1.762.000 estudiantes, 157.000 profesores y 69.000 PTGAS; es decir una comunidad universitaria de más de dos millones de personas. Además, si sumamos los presupuestos de todas ellas, la cifra alcanza los 15.500 millones de euros y en 2022, los centros captaron 1.800 millones de euros en convocatorias competitivas de investigación, nacionales e internacionales. Sin embargo, para Francisco García hay un problema a destacar “en términos de innovación y de transferencia estamos muy lejos de lo que deberíamos estar como país y este es un gap que no nos podemos permitir”. Por lo que respecta a este dinamismo, para él no es un problema, “la clave es ordenar, asumiendo la responsabilidad, la autonomía y la autogestión de recursos”.
El papel de los Consejos Sociales
Para el secretario general, los Consejos Sociales son un “espacio potentísimo de interlocución franca entre la universidad, la sociedad y los gobiernos”. Deben aportar demandas y necesidades a la universidad y conseguir recursos económicos para proyectos innovadores.
“Quiero resaltar entre las funciones que establece la Ley Orgánica a los Consejos Sociales dos que, para mí, son muy importantes: la aprobación de los presupuestos, porque los presupuestos explican fehacientemente la política universitaria, y la planificación estratégica, por su carácter vinculante. Estas dos funciones son en realidad dos potentes armas para vincular esa rendición de cuentas. Pero también para que los Consejos Sociales puedan hacer de interlocutor privilegiado entre la vida real y la universidad, y así mejorar mutuamente”.
Para el responsable del ministerio, “los grandes desafíos a los que se enfrentan los Consejos Sociales son dos, entre otros: por un lado, convertirse en el interlocutor orgánico de la sociedad, empresas, instituciones y organizaciones sociales de cara a aportar demandas, necesidades, ideas y proyectos a la universidad; y por otro, para ser realmente capaces de conseguir recursos económicos utilizados específicamente para nuevos proyectos, para innovar en la forma de organizarse y, o en su caso, modernizar la oferta de estudios o innovar en la forma de transferir el conocimiento a nuestro tejido productivo, para hacerlo más competitivo y dinámico.”
Cuatro líneas de acción
Según García Pascual, las políticas del Ministerio se van a centrar en modernizar y relanzar las universidades a través de cuatro ejes concretos: aumentar la financiación de las universidades públicas al 1% del PIB, para garantizar estabilidad financiera y apoyar proyectos diferenciadores; mejorar la internacionalización de las universidades, eliminando trabas legales y burocráticas para la movilidad del profesorado y atraer el talento; mejorar las plantillas universitarias, reduciendo la temporalidad y asegurando tiempo de calidad para la investigación; y por último, garantizar que todas las universidades, públicas y privadas, mantengan un nivel de calidad razonable. Para ello, anunció una reforma del Real Decreto de creación de universidades de 2021 “con consenso, no por imposición”.
El secretario general señaló que con la mejora de la financiación espera que “se pueda contribuir a que los Consejos Sociales tengan los recursos técnicos y personales necesarios para hacer sus funciones”, aunque matizó que son las comunidades autónomas quienes regulan sus políticas.