Jornadas de la Conferencia de Consejos Sociales en Toledo: La Universidad Española en el contexto europeo. ¿Qué podemos aprender?

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Financiación, gobierno y rendimiento universitario en el contexto europeo constituyeron los ejes de las Jornadas que la Conferencia de Consejos Sociales de las Universidades Españolas, en colaboración con la Fundación CYD y el apoyo del Consejo Social de la Universidad de Castilla – La Mancha (UCLM), organizó en Toledo los días 25 y 26 de noviembre.

Las Jornadas, que se celebraron en el edificio histórico que alberga la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UCLM, tenían como objetivo analizar qué están haciendo el resto de países europeos en el ámbito de la educación superior y extraer ejemplos de buenas prácticas para la necesaria reforma del sistema universitario español. Para ello contaron con la presencia, entre otros, de responsables de la OCDE y de la Asociación Europea de Universidades.

En la inauguración participaron el entonces secretario general de Universidades del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, José Manuel Pingarrón, el presidente de la CCS, Antonio Abril Abadín, el rector de la UCLM, Miguel Ángel Collado, el director general de Universidades del Gobierno de Castilla – La Mancha, Ricardo Cuevas, el presidente en funciones del Consejo Social de la UCLM, Roberto Arcos y el vicepresidente de la Fundación CYD, Francesc Solé Parellada.

José Manuel Pingarrón reconoció las incertidumbres políticas de la coyuntura actual, alabó el papel de los consejos sociales como “actor fundamental en el diálogo sobre universidad y en el diseño de la educación superior del futuro” e indicó el objetivo de contar con una legislación “que sea flexible, moderna y capaz de hacer que las universidades españolas sean cada vez más competitivas en el contexto internacional”. Por su parte, el presidente de la Conferencia incidió en la necesidad de un pacto de estado para impulsar dicha reforma en la que “debe haber mayor responsabilidad y presencia de la sociedad en la universidad”. También calificó como “imprescindible” que el tejido productivo español “utilice y ponga en valor la investigación que hace la universidad”.

La conferencia inaugural la protagonizó Raffaele Trapasso, economista de la División de Política de Desarrollo Regional de la Dirección de Gobernanza Pública y Desarrollo Territorial de la OCDE, experto en Educación Superior y Ecosistemas de Innovación y Emprendimiento. Explicó el proyecto conjunto en el que están trabajando junto a la Comisión Europea para definir la educación del futuro apoyada en el triángulo personas/empresas/lugares. Describió el mercado español como “muy polarizado” y con muchas personas desarrollando trabajos no adaptados a su formación o infracualificados, “lo que genera frustración”.

Insistió en la importancia de “aprender a aprender” y, sobre las tendencias en educación superior, destacó la mayor autonomía de las instituciones combinada con un mayor énfasis en el rendimiento y la competencia, el control público del presupuesto y la creciente importancia de la innovación y el emprendimiento. Ello, afirmó, “debería situar a los estudiantes en el centro del sistema y a la organización, dedicada a crear valor público a través de procesos de participación abierta”. Aunque reconoció que “no es fácil porque el sistema es complejo”, explicó el marco multidimensional con el que trabajan para facilitar las reformas. Cuenta con tres componentes centrales -una herramienta de autoevaluación en línea para la universidad, el estudio de países y encuestas principales y lo que definió como “policy learning network”- y tiene varias dimensiones. Entre ellas citó el liderazgo y la gobernanza, el intercambio de conocimiento y colaboración, la enseñanza y aprendizaje del emprendimiento y el apoyo a los emprendedores.

La jornada del martes la abrió Enora Bennetot Pruvot, subdirectora para la Gobernanza, Financiación y Desarrollo de Políticas Públicas de la Asociación Europea de Universidades. Abordó la financiación de los sistemas universitarios europeos a través de un análisis comparado. Detalló que existe “diversidad de financiación” aunque, en general, “hay una fuerte dependencia de los financiadores públicos, en especial en el ámbito continental”. Según los datos recopilados, la inversión en universidades está mejorando, pero la recuperación no es lo suficientemente rápida. En este sentido, España se encuentra entre los países en los que el recorte ha sido mayor -superior al 20% desde el inicio de la crisis en 2008-. En esta línea, profundizó en la relación entre financiación y la disminución del número de estudiantes por la evolución demográfica.

Otra tendencia que destacó es la búsqueda de la eficiencia, “una responsabilidad colectiva de todos los interesados en la educación superior y que requiere un diálogo y acción conjunta entre responsables políticos, universidades y sus redes”. También mencionó la importancia de un equilibrio adecuado entre financiación pública y privada. Entre los principios que deben guiar cualquier modelo de financiación en este ámbito citó “apostar por una perspectiva a largo plazo y que dicho modelo sea simple, transparente, estable y diverso”. Por último, se refirió a la importancia de la presencia de miembros externos en la gobernanza; “muy pocos sistemas no permiten que haya miembros externos para reforzar la rendición de cuentas”, afirmó.

Este tema, el de la gobernanza, fue el que centró la intervención de Rolf Tarrach, rector emérito de la Universidad de Luxemburgo y expresidente de la Asociación Europea de Universidades. Habló sobre las estructuras de gobierno en algunos sistemas universitarios europeos aunque comenzó su intervención recordando los distintos informes que se han realizado en España sobre la situación de la universidad. “No hay que pedir uno nuevo, sino leer los que se han hecho y no se han puesto en marcha”, comentó. “En Europa los sistemas universitarios han cambiado mucho salvo en España, donde no es el adecuado”. En su opinión, la legislación “debe dejar libertad”. porque las circunstancias geográficas y económicas “condicionan el modelo y uno unitario es una de las peores ideas” y plantear que el control y evaluación “se base exclusivamente en los resultados”. Apostó por un consejo de gobierno único, al estilo del de la Universidad de Luxemburgo, que es el que define la estrategia y objetivos con el rector y concluyó afirmando que la universidad “rinde cuentas a las instituciones que la financian, que representan al contribuyente, no a los empleados” y aseguró que el problema para no afrontar la reforma en España no es que no sea posible sino “la falta de interés”.

A continuación, Rosario Romera, directora del Gabinete de Estudios y Prospectiva de la Universidad Carlos III (UC3M) y secretaria de su Consejo Social expuso los elementos para la evaluación y comparación del rendimiento de las universidades y de los sistemas universitarios. Tras explicar los distintos modelos de evaluación -voluntarios y obligatorios- y comparación resaltó que lo importante es “saber cómo, para qué y en qué contextos se van a realizar dichas evaluaciones”. Afirmó que los procesos de medición permiten obtener información y datos sobre la propia institución, la comprensión de los procesos de formulación e implementación de estrategias, la identificación de áreas de mejora y el establecimiento de objetivos para desarrollos institucionales”.

Analizó los distintos rankings que se realizan a nivel nacional e internacional y desarrolló el modelo en el que ha trabajado el equipo que lidera para medir el sistema universitario español, basado en cuatro segmentos -educación, recursos, investigación e innovación y compromiso social- y diferentes indicadores en cada uno de ellos.

Sobre tendencias futuras destacó que “las universidades españolas tienen que participar en las redes de universidades europeas e impulsar su internacionalización”. También puso el foco en los Objetivos de Desarrollo Sostenible y en la importancia de que las universidades los conozcan y sean comprometidas. Concluyó su intervención incidiendo en el reto que supone dar respuesta a los nuevos perfiles profesionales, cada vez más tecnológicos y digitales.

La jornada se cerró con un debate moderado por Matías Rodríguez Inciarte, presidente del Consejo Social de la UC3M, en el que intervinieron Enora Bennetot Pruvot, Rolf Tarrach y Rosario Romera. Rodríguez Inciarte apuntó que los incentivos “deben ser acordes con aquello que se quiere mejorar”, se refirió a “la correlación directa entre posición en los rankings y financiación” y al hecho de que “la de las universidades en España es muy inferior a la media de la OCDE”. Tarrach, al respecto, recordó que “todas las mejores en los rankings también tienen una gobernanza muy potente”. En este escenario, Bennetot Pruvot apostó por una base legislativa común pero con margen de flexibilidad y Tarrach se preguntó “por qué a los políticos les interesa poco mejorar el sistema universitario”. Su respuesta: “porque el beneficio viene a largo plazo y ninguno va a ganar las elecciones con eso”. Romero, por su parte, explicó que la excelencia de las universidades se apoya “en la financiación, la autonomía y la rendición de cuentas” y que ninguna de ellas por sí mismas garantiza una mejora. “Se necesita a las 3, pero no está medido en qué porcentaje”. Tarrach también aseguró que “es sorprendente cómo el sistema universitario español sigue haciendo cosas excelentes” con su modelo de gobernanza y financiación actual, pero que “no queda mucho más recorrido si no se mejora, si no se toman decisiones”.

En la clausura el presidente de la Conferencia afirmó que la universidad “es un tema de país; de desarrollo económico y social” y concluyó que 2020 debe ser “un año de cambio y superación para la CCS” en el 15º aniversario de su fundación.

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